La ignorancia es muy atrevida
Esta mañana hemos acudido al hospital para el tratamiento de EM con el ocrelizumab. Sí, es sábado y no le tocaba hasta el 2 de octubre, pero ayer por la tarde el neurólogo nos llamó para pedirnos "un favor muy grande".
Resulta que por motivos ajenos al hospital tenían la medicación preparada para otro paciente y no se la pudieron poner. Y como es un tratamiento muy caro no querían tirarlo a la basura. Así que hemos ido esta mañana a Urgencias (donde el neurólogo ya había avisado que iríamos y explicado todo a los que estarían hoy allí para administrarlo correctamente) a las 9 de la mañana.
No hemos empezado con el tratamiento hasta las 11, un tratamiento que dura entre 4 y 5 horas. Entiendo que siendo en Urgencias hay poco personal y están hasta arriba. Doy el pase. Pero ¡Ay! como decía en la historia destacada de esta mañana "chicas nuevas y con chuleta" pegada a la bomba de infusión. Allí estaban Elena y Laura (llamémoslas así por darles un nombre) pegándose con la maquinita hasta que la sustituyeron por otra y consiguieron hacer el primer paso de su chuleta.
Cuando acabó la primer perfusión llegó otra chica: llamémosla Claudia. Ya vino con aires. Se puso a toquetear todos lo botones y listo. "2º paso" con un volumen de 500 ml a 160 ml/h. En la chuleta no ponía eso para el paso 2. Y así se lo hice saber. Educadamente. Pues me miró mal y parece ser que le molestó que la corrigiera. Así que se puso a toquetear otra vez los botones y se saltó el paso 2 para poner el 3. Y se fue.
Le dije a EM que iba a avisar para que corrigieran el error. No le estaban poniendo la medicación correctamente. Pero mientras estábamos hablando volvió la pequeña, joven e inquieta Claudia. Y me dijo que qué había hecho. Me acusó de haber tocado el perfusor y haber cambiado la dosis. En ese momento el volumen marcaba 72 ml. Se puso como una energúmena. Y yo le dije que no había tocado nada. Siguió con su perorata y se marchó a quejarse a sus compañeras, a su médico o a quien fuese.
Efectivamente la ignorancia es muy atrevida. Si supiese manejar bien el perfusor sabría que el volumen que muestra en pantalla va bajando según se administra, que para eso es una bomba de perfusión automática, y cuando termina da un aviso sonoro y visual para quitarlo o continuar con otra perfusión. Pues algo debieron decirle, porque volvió para pelearse con la maquinita, corregir su error y poner el paso 2 que se había saltado.
Todos somos humanos, todos podemos cometer errores, pero si no sabes algo pregunta a tus compañeros o a tu jefe. Y piensa que si alguien que en ese momento va de acompañante se da cuenta de un error, puede que esa persona tenga razón. E incluso puede que esa persona sea médico, enfermero o el mismísimo ingeniero que ha mejorado el diseño del perfusor Agilia con el que te estás pegando. Y no lo sabes. No sabes quién soy.
Y si una vez que tus compañeros te han hecho ver tu error, ya que a mi primero me has ignorado y luego me has acusado de algo tan grave como manipular instrumental del hospital, lo mínimo que deberías haber hecho es DISCULPARTE. Cosa que no has hecho. Y encima has seguido mirándome por encima del hombro.
Ahora creo que voy a poner una queja al hospital.