Mientras íbamos de un médico a otro (y de momento eran traumatólogos todos...) intentábamos seguir con nuestras vidas. En junio de 2023 nos fuimos con toda la familia de vacaciones a Sepúlveda. EM conducía, EM andaba... incluso recorrimos las Hoces del Duratón en canoa. Pero sus piernas comenzaba a fallar cuando menos se lo esperaba. Eran momentos de frustración en los que asomaron las primeras lágrimas. ¿Qué me está pasando?
En esos días estaba absorbida por el trabajo. Demasiadas responsabilidades y muchísima carga. mental. Pensábamos que ese estrés añadido a su problema con el "pinzamiento" le pasaba factura tanto psicológica como física. Ya no éramos capaces de dar un paseo largo y menos aún si había alguna cuesta.
Y llegó el verano y nos fuimos de vacaciones a la playa. Siempre vamos al mismo sitio desde que nuestro hijo cumplió 2 años. Y ya tiene 10. Es un sitio perfecto para los críos, tranquilo, donde se come de maravilla y hay unas playas increíbles. Lo siento, no voy a decir dónde vamos para que no se llene demasiado 😆
El caso es que la pierna izquierda de EM seguía "dando la lata" y del hotel hasta que plantábamos la sombrilla EM se tenía que sentar de camino un par de veces. El incluso los primeros días ir caminando mientras veíamos los puestos del paseo suponía pararse a descansar. Curiosamente ese ejercicio de ir a la playa y en la piscina le vino muy bien y mejoró sin mostrar ningún problema más y los últimos días de las vacaciones caminaba normalmente.
En septiembre retomaríamos nuestras visitas a los médicos.
Spoiler: Al año siguiente, este 2024, no pudimos ir a la playa...
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