sábado, 22 de febrero de 2025

vejiga neurogénica

 La médula espinal desempeña un papel decisivo en la disfunción de la vejiga por EM. Cuando la EM daña a mielina, los mensajes entre el cerebro y la parte de la médula que controla la vejiga, pueden quedar interrumpidos y originarse problemas vesicales.

 En un aparato urinario que funciona con normalidad, cuando la vejiga está llena, el cerebro recibe un mensaje. A continuación, éste reacciona a la sensación –cuando las circunstancias sociales son adecuadas- y envía a su vez un mensaje a través de la médula espinal hasta la zona que controla el funcionamiento de la vejiga (músculo detrusor) y al músculo de la abertura de la vejiga (esfínter). La coordinación entre estos dos músculos permite expulsar la orina de la vejiga. 

Tipos de disfunción urinaria más frecuentes 

 Los síntomas más frecuentes son la urgencia y la frecuencia, aunque la dificultad para orinar y la nicturia también son muy problemáticas.

 1. La disfunción de almacenamiento. La disfunción de almacenamiento se da cuando una interrupción en las vías de comunicación de la médula espinal hace que se transmitan mensajes que provocan contracciones involuntarias de la vejiga. Este fenómeno se conoce como vejiga “hiperactiva” y se caracteriza por la sensación de tener que orinar frecuentemente, pero en pequeñas cantidades.

 2. La disfunción de descarga está relacionada con una eliminación insuficiente de la vejiga. En lugar de la coordinación entre los músculos que controlan la micción, el esfínter (a la salida de la vejiga) se contrae, de modo que el flujo de orina es escaso e interrumpido, y la descarga de la vejiga es incompleta. La orina que queda en la vejiga, llamada volumen residual, puede seguir estimulando nuevas contracciones de la vejiga. Es importante someterse a unas sencillas pruebas para determinar la cantidad de orina residual que queda en la vejiga, ya que ésta puede originar infecciones u otras complicaciones, empeorando la frecuencia y la urgencia.


 No se conocen las causas de porqué unas personas padecen una disfunción y no la otra, ni porqué en algunos casos se produce una combinación de las dos.

 Para tratar con eficacia este tipo de problemas, es fundamental que los profesionales sanitarios realicen un examen exhaustivo de este tipo de problemas y que la persona con EM esté motivada y ponga de su parte. 

Tratamiento de los problemas de vejiga con fármacos 

En el tratamiento de los problemas vesicales por EM se incluyen dos componentes clave: 

  •  Autocateterización intermitente, que vacía completamente la vejiga.
  •  Medicamentos, que tratan la hiperactividad de la vejiga.

 Uno de los tratamientos habituales es el uso de medicamentos anticolinérgicos, aunque es importante comprobar el volumen residual antes de comenzar el tratamiento, ya que puede disminuir la eficiencia de vaciado de la vejiga y aumentar la cantidad de orina no eliminada.

Cómo encontrar estrategias para tratar lo impredecible

 Algunos puntos clave sobre los problemas de vejiga:

  •  Los síntomas relacionados con problemas de la vejiga se producen debido a la interrupción de los mensajes entre el cerebro, la médula espinal y el sistema urinario. 
  • Los problemas de vejiga asociados a la EM pueden ser tan impredecibles como el curso de la propia enfermedad. 
  • Pueden estar relacionados con la dificultad de la movilidad, las barreras arquitectónicas, la ropa difícil de quitar, la ingesta de líquido, la medicación, etc. 
  • Se ven afectados otros aspectos de la vida diaria.
  • La incontinencia puede provocar vergüenza y ansiedad, lo que podría dar origen a un aislamiento social y a un abandono temprano de la vida laboral.
  • Puede desencadenar graves problemas de salud (insuficiencia renal, diálisis...). 

Es fundamental hacer una evaluación exhaustiva del individuo y enfocar el tratamiento y el cuidado de la EM globalmente, no como el tratamiento de síntomas aislados.

 Diagnóstico de los problemas de vejiga

Para establecer si los síntomas tienen su origen en una infección del aparato urinario o si están directamente relacionados con la EM, se suele realizar un análisis y cultivo de la orina. Es esencial para diagnosticar correctamente el tipo de problema vesical, contar con un historial riguroso de los hábitos de micción y de la sintomatología relacionada con la vejiga y realizar las investigaciones pertinentes. El profesional de enfermería especializado en EM debe hablar con la persona con EM y obtener la información pertinente sobre:

  •  Lo que preocupa a la persona en cuanto a la función de la vejiga. 
  • Qué clase de problemas existen 
  • Si la persona utiliza estrategias de autotratamiento y si estas estrategias son efectivas. 
  • Se puede pedir que la persona rellene un diario urinario en el que registre el número de veces, la cantidad y las circunstancias de la micción en un periodo de entre 24 y 48 horas.
  • Determinar si queda orina en la vejiga tras la micción (“residual post-vaciado”) a través de procedimientos como la cateterización, que consiste en introducir un catéter después de que la persona haya orinado de forma voluntaria, para medir la cantidad de orina que aún permanece en la vejiga.

A partir de la información del historial clínico, el diario urinario y los datos del residual postvaciado, el profesional de enfermería puede determinar si hay insuficiencia en el almacenamiento de la orina o en la descarga completa de la vejiga y, a su vez, qué medidas tomar a continuación.


 Tratar los problemas de vejiga

Las siguientes estrategias pueden utilizarse junto con medicamentos que han mostrado ser efectivos al tratar las disfunciones de vejiga. 

El entrenamiento de la vejiga es una técnica de modificación de los hábitos que puede resultar útil para mejorar el funcionamiento de la vejiga. La persona debe seguir un programa diario para orinar, por ejemplo, cada dos horas. Entre los momentos de micción programados, la persona debe resistir la necesidad de evacuar la vejiga. El profesional de enfermería especializado en EM puede determinar si esta técnica es adecuada para la persona, dar instrucciones sobre cómo entrenar la vejiga satisfactoriamente y realizar un seguimiento para observar los progresos.

La cateterización intermitente es una técnica para tratar los problemas de vejiga relacionados con la evacuación insuficiente de la orina. Se emplea como técnica de rehabilitación para volver a acostumbrar la vejiga, e incluso puede suspenderse si la evacuación de la vejiga mejora sustancialmente. En caso contrario, la cateterización intermitente es una estrategia continua para el tratamiento de los problemas vesicales que previene infecciones mediante la reducción de la orina contenida en la vejiga y el fomento de la continencia. La cateterización intermitente consiste en introducir un pequeño tubo, llamado catéter, en la vejiga a través de la uretra para dejar que salga la orina a través del tubo. La técnica se conoce como cateterización “limpia”, porque no es necesario utilizar productos esterilizados ni guantes, pero sí siguiendo las normas básicas de higiene. La autocateterización intermitente fomenta la autonomía y ayuda a mantener la autoestima, pero requiere un nivel de destreza manual suficiente. Una vez que la persona domina la técnica, se puede sentir más segura al tener control sobre sus problemas de la vejiga. La cateterización intermitente es una manera de recuperar el control sobre la vejiga y de ser autónomo en el tratamiento de un síntoma complicado de la EM. 

. La regulación de la ingesta de líquidos consiste en reducir la cantidad de líquidos consumida con la esperanza de disminuir la frecuencia urinaria y prevenir la incontinencia. No obstante, puede originar otros problemas, como el estreñimiento. 

Consejos y consideraciones:

  •  Es importante beber de un litro y medio a dos litros de líquido cada día (preferentemente agua) dividiendo la ingesta en tres o cuatro veces al día. 
  • Evitar el consumo de alcohol y las bebidas con cafeína. 
  • Tomar suplementos de arándanos (en comprimidos), que hacen que la orina sea más ácida, inhibiendo el crecimiento de bacterias y previniendo así infecciones del aparato urinario. 
  • Limitar la toma de zumos de cítricos (hacen que la orina sea más alcalina, favoreciendo el crecimiento de las bacterias). 

 La importancia de la comunicación 

Para conseguir un tratamiento óptimo, es necesario que la persona con EM no se sienta incómoda al hablar de sus problemas de vejiga con el profesional de enfermería y que éste último tenga conocimiento del historial clínico, la preocupaciones, los objetivos y el estilo de vida del paciente.

 La colaboración y la comunicación abierta entre la persona con EM y el profesional de enfermería pueden facilitar la detección de problemas y ayudar a decidir qué estrategias son las mejores para combatir los síntomas vesicales.

Fuente: Federación Española para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple (FELEM)

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